Estuve enamorado de Violeta. Ahora que lo veo con perspectiva, fue el tiempo que ella quiso que estuviese enamorado. Su imagen está presente en mi mente, constantemente. Veo sus ojos, sus labios, su pelo, su forma de caminar, de expresarse, de sonreír. Soy capaz de recordar hasta el más mínimo de sus gestos. Aún puedo sentir lo que sentía cuando me miraba de esa forma que tenía de mirarme, mientras deslizaba con la mano suavemente su cabello hacia atrás, cada vez que le abría la puerta y dejaba que pasase al interior de un restaurante. Aún puedo recordar como llenaba todo el local con su presencia, cómo se giraban todos los ojos y todas las bocas hablaban de Violeta.
Sí, estuve enamorado de Violeta el tiempo que ella dejó que la quisiese. Porque ella lo era todo. No había nada fuera del calor de sus abrazos, sólo frío y soledad y ruido y gente, porque Violeta te abrazaba con su corazón, cálido como el Sol es cálido en primavera. Y susurraba mi nombre mientras me abrazaba y jugaba con sus manos en mi espalda. Y recuerdo cómo pronunció mi nombre cuando me dijo adiós.
Violeta me dejó amarla, no sé por qué. No sé si ella me amó y nunca podré saberlo. Y tampoco podré explicar nunca cómo era Violeta, por más que siga recordando sus ojos y su voz, su risa y su forma de caminar. Nunca podré explicar por qué no puedo olvidarla, por qué amé a Violeta.
Un amor finalizado que da paso a la incógnita de las emociones. Tras la intensidad, la reflexión y las preguntas sin respuesta. Muy bien trazado, con ese tono de carencia, nostalgia y aceptación. Gracias por compartir y un saludo.
ResponderEliminarHola Fernando.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un saludo.
Hola Necco, cuando el amor acaba, nos preguntamos tantas cosas, la principal quizá, si también nos amaron, incógnitas, un mar de emociones. Y aunque cueste hay que pasar página lo antes posible.
ResponderEliminarRepresentas muy bien el tema en tu relato.
Un beso Necco!!
Hola Dakota.
EliminarMuchas gracias Dakota.
Un abrazo fuerte.
Muchas gracias por tu participación. En el Tintero de Oro estamos encantados con estas propuestas escritas con cariño y buen hacer. Un abrazo fuerte, Necco.
ResponderEliminarHola Bruno.
EliminarMuchas gracias a ti por tus amables palabras.
Un abrazo.
Hola Necco, seguramente dejó una huella difícil de olvidar, pero cuando el desamor llega es tan amargo que surgen este tipo de preguntas, quién sabe, quizás el destino alejó a avioneta para que pensaras en ella... Un abrazo
ResponderEliminarHola Nuria.
EliminarQuizás. ¿Quién sabe?
Un abrazo.
Hola, Necco. Me ha encantado tu micro. Muestras muy bien el dolor de la pérdida y el desconcierto que deja ese desamor repentino. También cómo el personaje continúa estando enamorado y agradecido por lo vivido, eso me ha gustado mucho. El tono también muy acertado. Estupendo tu relato.
ResponderEliminarHola Marta.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras. Me agrada saber que te ha gustado.
Un saludo.
Créeme, muchacho, has vuelto a nacer.
ResponderEliminarJajajaja. Bueno, es una forma de verlo.
EliminarUn saludo Cabrónidas.
Que relatoás poético y romántico, aunque sea de desamor! Y es que siempre nos descoloca, tanto o más que en propio enamoramiento! Un abtazote!
ResponderEliminarHola Marifelita.
EliminarMuchas gracias. Eres muy amable.
Un abrazo.
Hola, Necco.
ResponderEliminarEl tiempo le demostrará a tu protagonista que esa irrealidad en la que vivía no era amor, y quizás ella fue la más valiente de los dos, al finalizar esa relación. Porque el no conocer, no poder explicar cómo es una persona es trágico y dañino.
Estupendo relato emocional.
Un saludo.
Hola Irene.
EliminarPuede que sea como dices. Un abandono, una ruptura, dejan sentimientos difíciles de entender. La confusión suele ser predominante.
Muchas gracias por tus palabras.
Un saludo.
Hola Necco pues si que dejo huella Violeta muy bien contado y dejando un rastro violeta. Un saludo.
ResponderEliminarEsto se intuye como un primer amor. desbordado de esos recuerdos que nos impactaron de esa persona especial, en la que en su día volcamos todo nuestro amor. Y que cuando nos abandona nos deja destrozados.
ResponderEliminarAbrazo.